La personas maduras tiene más facilidad para relacionarse bien con los demás, y por ello tienen mayor probabilidad tener una vida matrimonial y familiar feliz y exitosa. Las personas inmaduras, dominadas por emociones y sentimientos negativos, tienden a comportamientos negativos que son difíciles de soportar por las personas más próximas y son la causa más frecuente de fracaso matrimonial y familiar.